31.8.09

¿Y por qué son caros los libros en Chile...? Notas

De mis tweets.

(@marco2010 "¿Qué prefieren bajar el IVA al libro o crear 2000 bibliotecas para crear demanda y fomentar lectura?" )

en otras palabras, tu pregunta es "¿Pq son caros los libros en Chile?"
Considerando 1. El IVA es un impuesto regresivo, pq afecta a la gente c/menos recursos.

2. El IVA se calcula sobre un precio que de ya es alto.
3. El mercado informal demuestra que existe una alta demanda por libros.
Ergo, hay 2 premisas falsas: que no hay suficiente demanda, y que la eliminación del IVA bajará significativamente el costo del libro.
Por cierto, eliminar el IVA ayuda, pq es un impuesto punitivo y discriminador. Pero no es respuesta al problema del costo per se.
La carestía tiene q ver con el oligopolio orquestado q domina el mercado del libro en Chile.
Hace tres años apareció el sgte artículo en La Nación, y todo sigue igual. http://bit.ly/AB2XY
La solución a la carestía del libro no es entregar incentivos de mercado: es reorganizar el mercado para que funcione de verdad.
...Y la solución no será dictada por ejecutivos de Random House Mondadori o la Cám Chilena del Libro.

27.8.09

el quórum y la constitución (notas)

En respuesta a "Las murallas de Jaime" por Ricardo Mora en el blog La República.

Cada vez que menciono el asunto de los quórums a mis amigos (vivo fuera de Chile), nadie me puede creer. De hecho, ando con la copia “reformada” de la Constitución en mi HD, para mostrársela a quienes no me creen cuando digo que Chile todavía es una dictadura.

Bien indicas la función del quórum como mecanismo de autopreservación. Pero el verdadero genio de la Constitución no se encuentra en los quórums, que son meramente un medio que cumple a la letra su fin– la autoperpetuación del sistema de 1980. El genio de la Constitución es que refleja el alma de la transición pactada, tal y como lo indicaron Tomás Moulian y Alfredo Jocelyn-Holt hace ya más de diez años. El genio de la Constitución reside en la capacidad de convencer a quien gobierna, sea quien sea, sobre la conveniencia del mantener (¡y defender!) el status quo.

En el espacio discursivo, entonces, la Constitución ha sido normalizada. Se hace parte de lo cotidiano, tal y como el estado de excepción bajo Pinochet lo fue. La clase política entra en erupciones periódica por lo que son en el fondo abstracciones. Se gastan en el ejercicio ritual de las votaciones sobre el binominal, las denuncias de los vicios del presidencialismo, la centralización del poder… A sabiendas de que no cambiarán las cosas porque eso no le conviene a nadie, ni al bloque gobernante, ni a su oposición. Mientras tanto, el engendro ideológico de Jaime Guzmán bloquea la capacidad de imaginar (como dice correctamente Halpern) al definir el horizonte de lo posible.

¿Qué hacer? En la práctica el movimiento por la Asamblea Constituyente nos muestra un modo de hacer las cosas. Hay, en ese sentido, bastante que aprender de Ecuador. Me pregunto a veces si sería posible impugnar el documento de manera judicial (a nivel de CIDH)…

Desde la práctica teórica, sólo puedo apuntar a la importancia de analizar el texto en torno a coyunturas claves –una de ellas siendo el control de la mujer de su propio cuerpo, que es un ejemplo clave de la forma en que se constituye el sujeto dentro del “derecho” chileno. Y aprender cómo opera este monstruo, porque sólo una vez que aprendamos, que tomemos conciencia de cuáles son sus ramificaciones, de cómo delimita nuestra realidad, seremos capaces de ver más allá de esta estructura y recuperar nuestra capacidad de imaginar como país.