21.5.13

El aborto debiera estar al centro del debate por la desigualdad


25 de Marzo: Día de la Mujer Criminalizada por Ser Pobre

Iñigo Adriasola

Eramos muchos quienes pensamos que la payasada de Jaime Orpis de presentar un proyecto de ley por el Día "Del que está por nacer"  jamás pasaría un voto en el Congreso. Es absurdo celebrar una potencialidad (algo que no ha ocurrido todavía), puesto que puede que no ocurra. El que no ocurra es lo que define algo como una potencialidad. Por supuesto no podíamos contar con nuestros dizque "representantes" que se ausentan de la sala durante los debates que sí importan, esos del progresismo de los labios para afuera, o de quienes con una consistencia sorprendente se han negado a emitir votos a favor de la ciudadanía a pesar de su discurso.

Al aprobarse este proyecto se constituye como Ley de la República uno de los gestos de represión simbólica más violentos en contra de las mujeres de Chile. El Congreso les dice a ellas: no sólo no tienen ustedes derechos sexuales y reproductivos, celebraremos y restregaremos esa realidad en su cara.

Porque ¿de qué sirve legislación del tipo? ¿Qué añade? La ley chilena ya criminaliza a la mujer en edad fértil. Chile es uno entre sólo cinco países en el mundo que prohibe cualquier forma de aborto. La Constitución de Pinochet en uno de sus abusos más grandes, reconoce como persona a un feto sin capacidad decisoria, y des-personaliza a la mujer adulta que lo lleva, quien sí es capaz de decidir, y sin quien ese feto no podría subsistir. La Constitución niega a las mujeres de Chile la capacidad de constituirse como sujetos políticos al negarle la más básica manera de expresar su voluntad: el control sobre sus propios cuerpos. Aprobado entre gallos y medianoche al finalizar la dictadura, el ordenamiento legal en torno al aborto es claro. El artículo 119 del Código Sanitario prescribe cualquier forma de aborto, dejando en pie como sola regulación el artículo 344 del Código Penal de 1874, que establece esencialmente que toda mujer embarazada es una potencial delincuente puesto será castigada "La mujer que causare o consintiere a un aborto…". La regulación del cuerpo de las mujeres chilenas es ya draconiana.

La razón (o sinrazón) del proyecto de Orpis era "defender la vida de todo ser humano, incluso el más débil" pese a este muro de sobre-regulación. Las razones, obviamente, son otras. Estos autoproclamados defensores de la vida tienen el tejado de vidrio. La profunda hipocresía de quienes dicen defender "la vida" es evidente cuando sabemos que han sido incapaces de condenar el asesinato de opositores al régimen dictatorial en el que participaron, o los abortos inducidos como tortura en los campos de concentración de Pinochet. De hecho, la postura de regulación intransigente del útero como forma de defender al "ser humano más débil" constituye una manera de blanquear esa historia manchada por sus crímenes de colaboración, y en más de algún caso, participación.

Es la hipocresía que deja a la mano del mercado y el privilegio social la posibilidad de efectuarse este procedimiento. Vaya a Argentina, ojalá en un vuelo LAN. Automedíquese con misopostrol y levonorgestrel, y ojalá los compre en una de las grandes farmacias coludidas. O hágase una "apendectomía" en la Clínica Las Condes. Será cubierto por la Isapre que le cobra el doble por ser mujer en edad fértil. El billete es garantía de la vista gorda. Si no tiene billete, lo siento mucho, pero es muy probable que termine en la cárcel.

La violencia que ejercen estos legisladores, que ignoran el que la mayoría de chilenos y chilenas desea la despenalización del aborto, se hace aun más insoportable, sabiendo a qué tipo de vida condenan a ese futuro niño o niña, por lo demás aún inexistente: condenados a una vida de pobreza, a una vida de endeudamiento, a una vida de precariedad. Porque estos paladines del feto son incapaces de levantar un dedo por la vida de un Manuel Gutiérrez, de un Jaime Mendoza Collío, o un Daniel Zamudio, de apoyar a un Cisarro o a una Sandy Iturra Gamboa; de proveer, en suma, las condiciones básicas que hacen de una vida algo vivible a millones de chilenas y chilenos. Porque todo feto debe ser defendido, hasta que nace, descubre que sus derechos son negados, y sale a la calle a exigirlos.

Pues bien, hay algo que quienes sí creemos en el derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo, a constituirse como ciudadanas, podemos hacer con este día de humillación. Para nosotros, mujeres y hombres que sí reconocemos el derecho de mujeres a decidir qué vida desean,  el 25 de marzo será el Día de la Mujer Criminalizada por ser Pobre. Puesto que sabemos que el aborto en Chile es un delito de clase. Servirá entonces para recordar nuestras faltas: como movimiento, al no hacer de la despenalización del aborto la prioridad que debiera ser. Servirá para articularnos, y ver que la penalización del aborto debiera estar al centro del debate sobre la desigualdad en Chile: el apartheid social, económico, racial  y sexual que impera en este país.

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Publicado en el Observatorio de Género (16/5)

14.5.13

Me gusta cuando callas

Desde hace ya un tiempo escuchamos del uso de violencia por parte de carabineros en contra de mujeres mapuche y escolares. Hoy constatamos que no solo han sido estas mujeres golpeadas: se hace evidente un patrón de violencia sexual en contra de mujeres que participan en las protestas contra el gobierno. Esta semana conocimos por ejemplo testimonios de una menor de edad a quien un policía habría restregado sus genitales en la cara. También escuchamos de una destacada abogada que al expresar su desacuerdo ante la violencia de Fuerzas Especiales fue agredida sexualmente por parte de un policía. Vimos fotos de mujeres jóvenes siendo desnudadas en la vía pública. En un vídeo que circula por internet vemos a un soez oficial de carabineros provocar a los estudiantes diciéndoles que filmen a "su hermana" que ahora está "en pelotas."

Ante las denuncias, Carabineros sugiere impúdicamente que como parte del protocolo de detención, corresponde que las estudiantes, pese a ser menores de edad, sean desnudadas. Imaginamos que los vejámenes, manoseos y abusos a las que han sido sometidas estas mujeres también se justifican como parte de ese protocolo.

No es la primera vez que sucede esto en Chile. Cabe recordar que en la historia reciente de nuestro país, la violencia sexual, en su expresión más amplia, ha sido utilizada rutinariamente como forma de represión. La Comisión sobre la Tortura lo avala: en Chile, la violencia sexual contra la población civil fue utilizada como parte de las técnicas de control social de la dictadura. Esta práctica continúa en democracia como método de control a la población de "indeseables": recordemos el caso reciente de mujeres trans que ejercen el comercio sexual a quienes se les ha forzado a practicarle sexo oral a Carabineros durante su detención.

La violencia sexual se ejerce no solo contra mujeres: la humillación sexual también es utilizada contra hombres. El año pasado la vimos plasmada en esa foto que causó revuelo, de un hombre siendo capturado por Fuerzas Especiales a quien Carabineros introdujo un arma dentro de sus pantalones. La acción de Carabineros capturada en la imagen sugiere la amenaza de sodomía con un arma. Cabe recordar que la violación aparece siempre como forma última de humillación--es por eso que fue utilizada ampliamente en los campos de concentración de Pinochet.

Hoy nuevamente el Gobierno incita a la violencia de género y la humillación sexual como parte de la política represiva. Ante esto, la respuesta del órgano del Estado dedicado a velar por los derechos de la mujer y la igualdad de género ha sido un ensordecedor silencio. Su jefa, por cierto, no ha dicho nada. Carolina Schmidt mantiene un silencio que la hace cómplice de la asesina brutalidad policial en contra de quienes hoy ejercen el legítimo derecho a manifestarse. Pareciera como si Schmidt compartiese el uso de la violencia sexual como arma represiva. Si estuviera en desacuerdo, se manifestaría. Schmidt siempre puede renunciar y denunciar la violencia del Gobierno. Pero a pesar de la amplia evidencia, no lo hace. Su silencio cómplice acomoda al Gobierno al que finalmente pertenece. Schmidt no desea levantar la voz contra quienes son últimamente responsables de la política de (in-)seguridad del Estado en el Gobierno, Rodrigo Hinzpeter, y su jefe Sebastián Piñera.

Schmidt es la mujer ideal de la derecha: la mujer-florero. "Me gustas cuando callas porque estás como ausente." La presencia de la mujer (como idea) en el Gobierno se refleja en esta frase: no hablen, no levanten la voz, no hagan notar problemas, ni ofrezcan soluciones, porque no nos interesa. Sernam hoy imagina a la mujer en la casa, y la defiende de la violencia ejercida en la casa. Pero cuando la violencia es ejercida contra mujeres que salen de la casa y participan en la comunidad--cuando la mujer agredida es la mujer pública, la mujer-ciudadana--el Gobierno se desentiende. Es porque el gobierno entiende a su mujer como florero, y no como ciudadana.

 por Iñigo Adriasola @theoriesofmambo

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Publicado en agosto (!) del 2012 en el blog amigo Curvas Políticas y en ElMos

Plancha

Todo lo que no es actualizar el blog en meses... :( Vamos subiendo contenidos publicados anteriormente, y pronto una columna nueva.