8.9.09

máh de lo mihmo

Más de lo mismo. O, Frei y la lógica del "cambio en la continuidad"

por Iñigo Adriasola

Leyendo el discurso de Eduardo Frei no pude dejar de sorprenderme. Perdido en su ofertón de cambios constitucionales, reformas en educación y medioambiente, y protección social para la clase media, me costó un poco recordar que era el mismo caballero engominado de algunos años atrás... El equipo de Frei se la jugó por un programa que ofrece cambio en la continuidad. O mejor dicho, continuidad en la continuidad, travestida de cambio -- la especialidad tironiana por excelencia. La lectura "a contrapelo" del programa nos muestra cómo en la continuidad del programa Freísta se refleja la visión anti-Estado del sistema de 1980.

Pero me estoy adelantando demasiado. Para resumir: el programa presentado es de corte asistencialista, y no contiene ninguna reforma importante. Tal y como anunció el candidato mismo al finalizar su discurso: "Si alguien les pregunta si nuestro Programa va a cambiar a Chile desde sus raíces, digamos NO, firmemente NO."

Resumen del programa.
Pues bien, ya que su programa de gobierno no va a cambiar a Chile, veamos qué es lo que nos ofrece Frei en esta oportunidad.
El programa se basa en tres áreas temáticas, o ideas matrices, que giran al rededor de la calidad de vida (el "vivir mejor"). Esta es obtenible desde un incremento en la producción. Pese a denunciar la tiranía del mercado, Frei no tiene problemas en vendernos una vez más una utopía capitalista.

a) Educación
Pese a que es el área más desarrollada en el programa, es de lejos la más regresiva. Mantiene el binario público-privado, con un sistema de subvenciones más afín a los charter-schools gringos. Cero novedad al respecto: es y ha sido fundamentalmente la posición democratacristiana en educación. La educación pública seguirá siendo municipalizada, y se reforzarán bonos para que, con platas públicas, sigamos subvencionando a agentes privados. Los pingüinos parece que se fueron de vuelta a Magallanes...

En cuanto a educación superior, promete más platas para las universidades, a condición de que estas mejoren su calidad. Por supuesto, no dice cómo. Mantiene la sempiterna promesa concertacionista de mejorar la calidad de la educación técnica, además del acceso a educación superior de "los dos primeros quintiles" con más becas y créditos, y algo así como un fondo solidario para tiempos de crisis... Algunas ideas con las que intenta asegurar al electorado de clase media para abajo que ha sido manifiestamente el objetivo de Piñera.

b) Chile Verde
Por supuesto, hay algunas novedades. Por ejemplo, el subsidio al desarrollo de energías alternativas (en particular menciona proyectos solar y biomasa) y conservación energética (particularmente construcción y reemplazo de electrodomésticos) como base de una nueva "economía verde" liderada por PYMEs.
¿Suena conocido? Es el copy-paste de una política amorfa que se vendió en EEUU durante la campaña presidencial del año pasado. Chile Verde se basa en una visión empresarial: el estado es agente del cambio al ofrecer subvenciones para la creación de una nueva fuente de industria.

c) Protección social... para la clase media
Frei llama a un fortalecimiento de los "derechos sociales." Al leer esto, me imaginé de todo, desde el reconocimiento consititucional a los pueblos originarios, pasando por la incorporación laboral de la mujer hasta la reforma al matrimonio civil. Pero Frei se refería acá simplemente a una lista de medidas de protección social para la clase media, con quienes Frei dice que la Concertación mantiene una deuda.
Esta sección es paternalismo asistencialista al más puro estilo años cincuenta. Promete ambulancias para todos, bonos, bonos y más bonos, y subvenciones por doquier. No es que creamos a ciegas en el mito de la originalidad, pero algunas ideas vienen idénticas de otros candidatos, por ejemplo, de M.E-O. la eliminación del 7% para jubilados...
Sobre cómo se financian estos puntos Frei dice la plata está, es cosa de gastarla.
Bien, pero si la plata está, ¿por qué no la han gastado todavía en tan maravilloso programa...?

El cambio que nos ofrecen, y el que nos merecemos. Observaciones.

No hay programas perfectos, nos dijo Frei al finalizar su discurso.
Sin embargo, aún cuando Halpern nos recuerda que hoy cuesta soñar con un Chile distinto, justo, próspero, limpio y equitativo, no es imposible hacerlo. Y es precisamente desde esa perspectiva que debemos leer un programa de gobierno.
Algunas observaciones.

a) Medioambiente
El programa de Frei se basa en soluciones de mercado que no conforman de por sí una reforma en política ambiental. Chile necesita hoy un cambio paradigmático, desde un modelo extractivo a uno que defienda y resguarde su patrimonio natural y abogue por el desarrollo humano.
Frei no menciona los grandes problemas en materia ambiental y energética, que dicho sea de paso son en gran parte producto de la administración Frei (1993-1999). Finalmente el programa no está en diálogo con los compromisos que Chile mantiene con la comunidad internacional, ni hace referencia a la realidad de nuestra interdependencia energética y su efecto en la integración regional.

b) Pueblos originarios
La única mención activa en el programa de Frei sobre los pueblos originarios tiene que ver con la aplicación de una política de discriminación positiva en cuanto a educación superior. Mientras la política de discriminación positiva debe ser parte de nuestro debate, una mera aplicación en esta instancia no conforma de por sí una solución a un problema inmenso, que se agravó de manera sustancial durante la administración de Frei.
La problemática indígena no se restringe a un problema de "igualdad de oportunidades": tiene su raíz en la desigualdad estructural generada por décadas de políticas discriminatorias. El llamado problema indígena es multifacético: incluye aspectos culturales, económicos e históricos relacionados intimamente con el colapso de la reforma agraria y la ola de privatizaciones que arrasó el Sur a partir de los ochenta y noventa. Estos problemas no serán reparados con un programa meramente asistencialista.
La aplicación de la normativa internacional en cuanto a derechos indígenas ha sido dilatada por la Concertación y su leal oposición. El programa de Frei es un programa netamente concertacionista en el sentido que no vislumbra siquiera comenzar a discutir las causas estructurales e históricas de la postergación y discriminación contra los pueblos orginarios.

c) Sociedad Civil
El programa de Frei, como todo programa asistencialista-paternalista, no contempla un rol activo de la sociedad civil. Esto, porque la visión freista del Estado no necesita ciudadanos activos.
Por el contrario, se trata meramente de crear ciudadanos pasivos: una población que se se educa y produce y consume... ¿Pero para quién?
Es la visión del chorreo: el Estado es garante de que el mercado funcione bien, pero fuera de eso no tiene responsabilidad alguna de garantizar los derechos de información ni de comunicación, la base de la nueva soberanía popular... Ni el derecho a asamblea, la libertad de conciencia y expresión, la protesta, por decir lo menos. Frei no necesita interfaces con nadie.
Pese a que indica que desea cambiar el orden constitucional, en las medidas de gobierno no se ve de qué modo esto será distinto a otros gobiernos de la Concertalianza. Es que Frei (al igual que en los noventa) gobierna solo. No necesita su opinión.

d) Género y sexualidad
Aumentar el pre- y posnatal, fortalecer el acceso a la red de educación parvularia y guarderías infantiles... Ideas muy buenas todas, pero ¿para qué? ¿Simplemente para aumentar la productividad de la clase media? ¿Simplemente para reinscribir a la mujer como matriz reproductiva?
Nuevamente queda en evidencia la falta de visión del equipo de Frei. Estas ideas debieran ser parte de una gran revolución en el hacer Estado. La Concertación necesita descubrir a la mujer, no como útero sino como ciudadana.
Y la mujer, ciudadana, no sólo necesita que le cuiden a los niños cuando va a trabajar. Necesita control de su cuerpo. Necesita acceso a salud de calidad, a derechos garantizados en el trabajo y en la casa, y protección de la violencia. Necesita un derecho, no simplemente a "elegir" sino que a constituirse como sujeto autónomo, político, pleno. Necesita en pocas palabras una vida vivible.
Si en verdad necesitamos "vivir mejor" no necesitamos una sociedad de mercado. Necesitamos primero un país donde la vida sea vivible, para todos. Necesitamos un país que no discrimina. Un país donde Gabriela Mistral pueda amar como quiera, y que nadie la apalee ni le exija justificarse. Un país que proteja a TODAS sus familias. Y para eso necesitamos un Estado que proteja a sus minorías sexuales, que les de derechos y reconozca sus legítimas aspiraciones.
Un Estado así es un Estado activista. Es un Estado que educa y que brinda protección, que no se encoje ni "achuncha" al tener que hablar de sexo en escuelas y universidades. Un Estado que reparte condones en calles y escuelas, y que exige que campañas publicitarias que salvan vidas sean mostradas en canales de televisión, incluso cuando sus dueños se oponen. La mal llamada "agenda moral" no es un detalle "progre." Es el punto de partida del nuevo Estado garante, del Chile laico, diverso, multicultural y políglota que deseamos: un Estado que garantice un Chile para todos.
Conclusiones
La obviedad del discurso de Frei tuvo un efecto paradójico: resultó difícil ver más allá de lo que decía. En un nivel básico, el programa que presentó es un listado de medidas de efecto, cuyo fin es socavar la base de Sebastián Piñera, y desactivar la crítica institucional de Marco Enríquez-Ominami, con su guiño a la idea de una reforma al sistema político. No es un programa de gobierno. Son ofertas disgregadas sin coherencia ideológica, y que no tienen un mayor impacto en el orden del Chile neoliberal.
Sin embargo, en una segunda lectura aprendemos más sobre cuál es la visión de Estado de la Concertación hoy. El programa de Frei es el programa del status quo. Un programa que nuevamente ejemplifica lo peor de la Concertación: el dirigentismo cupular, donde todo el cambio viene desde arriba. Donde el cambio "cultural" es considerado accesorio. Donde el Estado tecnocrático de la Constitución de 1980, simplemente se implica lo menos posible en la vida del país. Donde el Estado autoritario "otorga," sin una política social, y simplemente da bonos y subvenciona la acción de privados. Un Estado empresarial-corporativista, que no necesita ciudadanos, por lo que no les garantiza nada.

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