21.3.10

Peces grandes, peces chicos...

El anuncio del Ministro ODEPLAN Mideplán Felipe Kast (quien -- igual que su beato papi -- considera que la indigencia no es un problema estructural) respecto al plan de aplicar el famoso bono marzo como un bono de carga familiar no deja de ser interesante. En parte, lo es por cómo expresa la anti-feminista obsesión reproductiva del Ministro (y ciertamente del gobierno). ¿Cuál es la definición de familia con la cuál operará el schönstattiano Mideplan? ¿Considerará que las familias chilenas son cualquier cosa menos nucleares? ¿Quién/qué cuenta como una "carga familiar"? ¿Cuentan allegados, o cónyuges o hijos mayores crónicamente sin trabajo? ¿Nanas, cocker spaniels?

No voy a analizar acá cómo el Ejecutivo radicaliza el imperativo constitucional y construye el ser ciudadano a partir de la ideología de la familia. (Tiene bastante que ver con otro problema sobre el que escribí acá.) Basta con indicar por ahora que la Alianza no tiene derechos exclusivos sobre la presunción patriarcal/heterosexista dentro de la que funciona Chilito.

Me interesó porque da una imagen con la cual pensar un problema bastante abstracto. Es como ponerle un precio a la nuda vida. Cuánto cuesta ser humano.

En ese sentido, Kast me recordó este grabado de Pieter van der Heyden, a partir de un dibujo de Brueghel, el Viejo. Peces grandes, peces chicos.



(No es coincidencia que este dibujo se haya popularizado en la Holanda del Siglo XVI.)

Sabemos que el coeficiente Gini al ingreso de Chile a la OCDE es de 54%. Podemos amasar números, pero las imágenes suelen ser más efectivas para dar explicación (aufklärung) a lo que éstos significan.

Por la prensa, tenemos ejemplos concretos sobre la ridícula distribución del ingreso en Chile.
Por ejemplo, sabemos que el sueldo del Presidente de la República (que es un sueldo vitalicio) es igual a 46 veces el sueldo mínimo en Chile (165 mil pesos). Sabemos que Piñera lo considera insuficiente, a pesar que también sabemos que su patrimonio personal es de 2,2 mil millones de dólares. (Piñera figura en el número 147 en la lista Forbes, aún si es un peso pluma frente al patrimonio de los otros dueños de Chile: Iris Fontbona de Luksić; Eliodoro, Bernardo y Patricia Matte; y Horst "Meimportaunrábanoelplanoregulador" Paulmann.)

La Constitución nos dice que somos todos iguales, pero si se le otorga un precio base a cada ciudadano (porque en el fondo es eso lo que hace el bono marzo), y ese precio son las famosas cuarenta lucas...

¿Cuánta gente tendría que tener el país para terminar de llenarle la barriga a ese pez llamado Piñera?
Cabrían 2.631.578.947 pecesitos. (O pescados, me imagino, ya que estamos todos medio muertos en su barriga).

Esto no es trivial. Si Piñera fuera un país, como por ejemplo, China, podrían entregar "bonos marzo" dos años seguidos a partir de ese erario. Si el patrimonio de Piñera fuera el erario público chileno, podrían darnos bonos marzo por 117 años, lo que sería perfecto para celebrar el paso del Bicentenario al Tricentenario.

Nos hemos reído mucho con lo del bono. Primero porque fue una ridícula maniobra de campaña para apropiarse del exiguo legado social de Bachelet. Y porque cuarenta lucas es, considerando el Gran Negociado Que Se Viene (notables son las discrepancias del cálculo de reconstrucción post-terremoto), TRIVIAL, por decir lo menos.

Sabemos que en Chile se suele hacer la vida pública en contra de los propios intereses de clase (si no se es un resentido).
Pero para los grandes peces, los peces chicos son comida.

Como dicen en Italia: Attenti al lupo.

Litografía, Pieter van der Heyden, a partir de Brueghel (el Viejo): "Grandibus exigui sunt pisces piscibus esca." (1557)
(En la colección del Metropolitan Museum of Art, New York.)

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