18.12.10

Legalizar el aborto sin el aborto (El voladero de Evelyns).

Los senadores Evelyn Matthei y Fulvio Rossi introdujeron un proyecto de ley que busca modificar el artículo 345 del Código Penal. La finalidad es permitir la interrupción del embarazo en casos de malformación fetal y peligro de la vida de la madre.


Del proyecto enviado:

No se considerará aborto cuando se produzca la muerte del feto como consecuencia de una intervención, tratamiento o administración de algún fármaco que sea indispensable para salvar la vida de la madre, lo que deberá ser certificado por un grupo de tres médicos.


En otras palabras, el proyecto dice que no es aborto la interrupción del embarazo en estos casos. ¿Entendimos bien?


La senadora Matthei lo explicó muy bien en la presentación del proyecto: "Mandaremos un proyecto de ley del aborto para regularizar todas esas prácticas que se confunden con el aborto."

Es, como indicaba un buen amigo, una ley de aborto sin aborto. Y por alguna razón, los medios de comunicación se han dedicado a perpetuar la falsedad de que esta es una "Ley de Aborto Terapéutico," cuando no la es.

Obviamente hay un impedimento bastante grande para que el proyecto sea implementado: más allá del trámite parlamentario, el artículo 19o de la Constitución Política de Chile, indica que "La ley protege la vida del
que está por nacer," personalizando el feto y otorgándole derechos que truncan los de la madre - y que han sido defendidos reiteradas veces por el Tribunal Constitucional. Más encima, la enmienda propuesta mantiene la interdicción sobre el aborto en sí. A través de un legalismo se intenta "sacar la vuelta" a la realidad discriminatoria de la Constitución y el Código Penal. Se legisla la excepción, para crear una ley parche que alivie la violación de los derechos humanos de la mujer. Pero el salto lógico y casi de fe que requiere esta legislación para que funcione, la convierte en una iniciativa auto-abortiva.

Lo que no hace la iniciativa de Matthei y Rossi es modificar el artículo 344, que es el artículo que prohíbe el aborto. Y por lo tanto no se resuelve el problema principal que se da en la prohibición del aborto. Esto es, el modo en que el sistema legal borra a la mujer del debate; el modo en que la mujer es criminalizada dentro del sistema político y legal.

Art. 344 La mujer que causare su aborto o consintiere que otra persona se lo cause, será castigada con presidio menor en su grado máximo.
Si lo hiciere por ocultar su deshonra, incurrirá en la pena de presidio menor en su grado medio.


El sujeto de la frase es "la mujer." Esto es, el sujeto del castigo es, "la mujer" y no quien cause ese aborto. En el Código Penal chileno, el aborto es un delito de género: discrimina y automáticamente convierte en sospechosa a la mujer en edad fértil, prohibiendo su autonomía, e impidiendo su constitución como sujeto político. En la práctica, como bien sabemos, es una figura que castiga de modo desproporcionado a aquellas mujeres de bajos ingresos que sólo pueden acceder a servicios de salud pública.

Lo hemos escrito antes, en referencia al caso de la píldora del día después y el simulacro de debate sobre el aborto al que llamó el Senador Frei el año pasado. Sólo es posible tener un debate sobre el aborto a medida que reconozcamos el cuerpo de la mujer en el debate. En ese sentido, la única posición posible es la despenalización del aborto: buscar un Estado que asegure el acceso al aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres de Chile. ¡No necesitamos más leyes parche!

El primer paso para cimentar la autonomía de la mujer en el sistema político y legal chileno es:

-Derogar el inciso del artículo 19 en la Constitución (o, mejor aún, derogar la Constitución de Pinochet en su totalidad).
-Derogar el artículo 344, y siguientes, del Código Penal.
-Consagrar derechos sexuales y reproductivos a nivel constitucional.

Sólo nos queda hacer algunos alcances.

¿Por qué se presentó un proyecto que se sabe que fallará? El proyecto está diseñado para fallar. Es una bomba de ruido. Nuevamente se juega a la política con el cuerpo de la mujer.

El tema del aborto, en Chile, ha sido tradicionalmente usado como cuña política. Evelyn Matthei quiere ser presidenta. Sabe que jamás será aclamada por la UDI. Pero sabe además que un candidato UDI duro es inviable. Por tanto, busca posicionarse como parte del ala liberal-razonable de la derecha, para aumentar sus chances de ser considerada como candidata de consenso para el 2014.

Cabe preguntarse, de qué modo beneficia a Fulvio Rossi presentar un proyecto tan mal hecho, más allá de cimentar su reputación "progre." Rossi ha presentado iniciativas notables en el pasado (como el proyecto de ley de matrimonio igualitario). ¿Era su intención reabrir un debate serio sobre el aborto? Si es así, ¿por qué bajo términos tan conservadores, que continúan borrando el cuerpo de la mujer y disociando este problema de la cuestión de la autonomía política de la mujer?

El debate recién comienza: los grupos toman sus posiciones usuales, y sabemos que dentro de dos semanas, todo volverá al olvido. La legislación parche, aún si se diera, no mejoraría las condiciones reales en torno al aborto. Las leyes parches son, como sabemos, diseñadas para mantener las cosas como están.

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